domingo, 18 de marzo de 2012

"El problema es que la rapidez te haga caer en la mentira o en la falsedad. Pero ser el primero es siempre un placer". Entrevista a Mikel Ayestaran

Mikel Ayestaran

 Cuando se está en la primera línea de la noticia, se percibe todo mejor, se siente más y es más fácil acercarse a la verdad. Mikel Ayestaran (Beasain, Guipuzcoa, 17 de septiembre de 1975) decidió dejar la redacción del Diario Vasco en 2005 para hacerse periodista freelance y cubrir la información de temas internacionales. En la actualidad nutre de noticias al grupo Vocento (ABC) y a la EiTB (televisión vasca).  Su zona favorita del planeta comprende todo Oriente Próximo sintiendo una especial predilección por Irán. Con las revueltas árabes, amplió su campo de maniobra al norte de África, intentando estar, muchas veces lo consigue, allí donde se produce la noticia. 
Este guipuzcoano de 36 años está casado y tiene dos hijos, ha pasado la mitad de su vida con la que hoy es su esposa; a la pregunta de como lleva su mujer sus largas ausencias, sabiendo además que sus viajes no son precisamente a zonas de recreo, responde que ella lo conoció así y sabe que no va a cambiar, "este trabajo es mi vida". 
Ha recibido varios premios por su cobertura periodística, entre los   que destaca el Premio al mejor corresponsal extranjero en 2009 del Club Internacional de Prensa (CIP).
Mikel Ayestaran es el periodista todoterreno que cualquier    medio de comunicación quiere tener en sus filas. Abarca todas las facetas, escribe, graba y hace fotografías. La mejor manera de comprobarlo es siguiendo su sitio web www.mikelayestaran.com, donde publica todos los trabajos que realiza.
Le llevó dos años rentabilizar su andadura como freelance pues para cubrir las noticias de los lugares por los que se mueve, no solo es necesario estar, se precisa de cámaras y todo un equipo que permita inmortalizar todo lo que sucede allí por donde pasa. 
Ayestaran nació al mismo tiempo en el que en España moría una de sus etapas más oscuras, quizá por eso, su cometido, es informar y arrojar algo de luz sobre estas zonas del planeta a las que muy pocos se aventuran a ir. 



Pregunta. -. ¿Qué le impulsó a dejar la vida "cómoda" de la redacción y saltar a uno de los escenarios más problemáticos del planeta?
Respuesta. Era algo con lo que soñaba desde que empecé a estudiar Periodismo. Cuando vi que la vida de la redacción ya no me aportaba cosas nuevas decidí probar suerte en el campo internacional viajando a zonas en conflicto.

P. -. ¿Hay momentos en los que se arrepiente?
R. No. Y aspiro a no regresar nunca a una redacción porque significaría que sigo haciendo periodismo en primera línea.

P. -. ¿Decide cuándo viajar o hay veces en las que de alguna manera, los medios para los que trabaja, le obligan a desplazarse?
R. Al principio todas las decisiones eran mías, pero ahora también me llegan encargos de medios.

P. -. En Un día más con vida, Ryszard Kapuscinski cuenta como, estando en la guerra de Angola, hubo un momento que se encontraba dentro de un camión militar pero no sabía a donde se dirigía. ¿Se ha visto en una situación similar?
R. No exactamente. Pero cuando uno se empotra con militares o paramilitares asume que otros tomaran las decisiones por el.

P. -. ¿Para cuándo un libro en donde cuente sus experiencias como el polaco?
R. Lo he intentado, incluso alguna editorial ha contactado recientemente conmigo, pero no tengo ni tiempo ni el arte suficiente. Supongo que algún día llegará, tengo muchas ganas de escribir algo largo.

P. -. Fue llegar a Afganistán y producirse la matanza de 16 civiles a manos de un soldado estadounidense después de meses de relativa tranquilidad en el país. ¿Intuición o casualidad de que Afganistán podía volver a las portadas de los periódicos?
R. Casualidad, esas cosas son imprevisibles. Lo que ocurre es que viajando a este tipo de países sabes que normalmente te va a tocar alguna noticia de este tipo.

P. -. ¿Percibes la tensión en los civiles afganos después de este hecho?
R. Los civiles afganos ya están habituados a esto y a cosas mucho peores.

P. ¿Y los soldados españoles que enseñan a las tropas afganas, le confiesan que siente más temor ahora por miedo a represalias de algún alumno?
R. Trabajan con precaución y con escolta. No tienen miedo porque van cada día a trabajar, pero no bajan la guardia.

P. -. Estuviste en Libia en el lugar donde encontraron a Gadafi. Las imágenes que salieron sobre los momentos antes de la muerte del dictador, en la que se veía como lo zarandeaban y ensangrentado, aunque haya ocurrido, ¿Ve necesario poner eso en un telediario?
R. Eso lo decide el editor. Si yo hubiera estado en el terreno hubiera tomado esas imágenes, pero luego es cada medio el que debe tomar la decisión, ese no es mi trabajo.

P. -. ¿Es optimista con el futuro de los países del norte de África?
R. Soy realista, la post revolución nunca es sencilla en ninguna parte del mundo.

P. -. ¿Ve inminente un ataque por parte de Israel a Irán?
R. No, llevo 33 años escuchando este tema. Normalmente cuando se habla tanto de una cosa nunca llega, los ejércitos prefieren atacar por sorpresa y aquí están anunciando el ataque por capítulos. Pero no soy un gran analista, así igual mañana tengo que salir corriendo a Teherán porque están cayendo misiles.
Nunca se sabe.

P. -. Obama ha declarado que apoyará a Israel, siempre que se agoten las vías diplomáticas, pero, ¿Ve a Israel capaz de actuar en solitario?
R. No, Israel siempre actúa con la ayuda, directa o indirecta, de EEUU.

P. -. Con estas nuevas intenciones del régimen sionista la imagen de Israel se deteriora cada vez más en el exterior. ¿No cree que el gobierno de Netanyahu está demasiado obsesionado con Ahmadineyad?
R. La obsesión es mutua. Los extremos se tocan y se necesitan para mantener la militarización de los sistemas.

P. -. ¿Cuánto tiempo le da a los periódicos de papel, o eres de los que piensa que siempre habrá una edición impresa?
R. Pienso que seguirán, pero yo llevo años sin comprar un periódico en papel.

P. -. ¿Cree que el ansia por ser los primeros en sacar la noticia está destrozando al periodismo?
R. No, si la noticia es verdadera. El problema es que la rapidez te haga caer en la mentira o en la falsedad. Pero ser el primero es siempre un placer.

 P. -. ¿twitter o facebook, qué prefiere?
R. twitter.








viernes, 9 de marzo de 2012

Una historia de Oriente Próximo

Imagínese por un momento que alguien completamente ajeno a usted entra en su casa porque según él, esa casa no es suya, es de él. Da igual que en las escrituras ponga su nombre, el del verdadero propietario de la casa, ya que esto no es suficiente justificación para el intruso. Él sigue en sus trece.
Al principio puede que piense que es una broma y por consiguiente todo aquello que resulta de esto le cae gracioso. Como persona amable y educada le invita a entrar, le sirve una taza de té o café y charla sobre el asunto. Al cabo de unas horas ves como este invitado actúa como si estuviera en su casa, de hecho, según él, lo está, por consiguiente hace lo que toda persona realiza de puertas para adentro. Friega los platos, se acomoda en el sofá, incluso ve la tele.

Al cabo de unos días, tu imposibilidad de echarlo, consigue que permanezca allí, es más tienes que esperar por las mañanas para entrar al baño, no puedes ver lo que te apetece en la televisión porque él está viendo otro canal y estás sometido a sus cambios de humor, aunque hay que decir que no cambia de humor a menudo, normalmente suele estar enfadado, solo sonríe cuando habla con los suyos por teléfono.

La situación se vuelve insostenible cuando una mañana usted se levanta y observa en su frigorífico una serie de normas que debe acatar o de lo contrario sufrirá represalias del tipo, poner la música alta en plena hora de la siesta, encontrarse con los cubiertos sucios cuando los necesita, no tener papel del baño a pesar de que el día anterior había comprado una docena de rollos, y así, toda una serie de molestias que le impiden realizar su vida como hasta ese momento usted lo hacía, es decir, sin contratiempos.

El colmo de la desfachatez llega cuando un día, después de una larga jornada de trabajo usted se encuentra con que para entrar a su vivienda ya no le vale la llave únicamente, es necesario, que pulse el botón del portero automático y tenga que esperar a que desde dentro de su vivienda le abra alguien, pero no un familiar suyo, sino el intruso, que ha decidido desde ese instante cambiar la cerradura para así controlar cuando entras y cuando sales.

La impotencia crece, porque a pesar de ser tu casa, vives como un extraño.
Al cabo de un tiempo tu situación comienza a ser desesperante porque no solo te han cambiado la cerradura de la puerta, sino que ya no puedes acceder a las habitaciones porque el visitante se ha adueñado de todo, dejándote nada más, que una pequeña estancia donde duermes, comes y haces tus necesidades.

Para tu sorpresa y tranquilidad, al comentarle a tu vecino de toda la vida tu situación, el afirma que se encuentra igual, ha llegado un extraño y se ha apropiado de todo.
Un buen día toda esa comunidad de vecinos se ve con que para ir a sus destinos rutinarios tiene que ir por una, y solo una, acera, además tiene que pasar un control de seguridad y para lo que antes tardabas diez minutos ahora puedes emplear hasta una hora, dos horas, según el día.

Sin saber porqué, nadie te da una explicación razonable, tu vida ha cambiado radicalmente y a pesar de que ves que hay muchos que te quieren ayudar, inexplicablemente no pueden.

Cada año, algún día de abril o mayo, según el calendario, se escuchan sirenas antiaéreas que recuerdan la opresión que sufrieron los nuevos vecinos en algún momento atrás. Los viejos habitantes las escuchan con incredulidad.


viernes, 2 de marzo de 2012

Intermediarios y sinvergüenzas

Ayer aparecía en la edición digital de El País una noticia con el siguiente titular "La banca ofrece créditos al 5% a cinco años para pagar a los proveedores". Estos créditos se los ofrece la banca privada a los ayuntamientos para que puedan así pagar las multimillonarias deudas que tienen con todos aquellos que han prestado algún servicio a las corporaciones municipales. Hasta aquí todo bien, salvo que ese interés parece, a simple vista, elevado, si tenemos en cuenta que lo que deben los ayuntamientos no es precisamente una cantidad pequeña. Lo de porqué se endeudaron tanto habría que preguntárselo a cada alcalde de cada localidad que hizo que las arcas municipales se quedaran como la chistera de un mago malo.
El porqué de que de repente los bancos se ofrecieran a dar créditos a semejante cliente se debe a que el día anterior, el Banco Central Europeo (BCE) inyectó en el mercado medio billón de euros, concretamente 529.531 millones. Este dinero, tan incontable como inimaginable, lo ofrece el BCE a las entidades privadas de toda Europa con un interés del 1% a tres años.
De todo esto se infiere que si el BCE da un dinero al 1% a los bancos privados y ellos después lo ofrecen al 5%, hay, por así decirlo, un porcentaje de interés demasiado elevado de una mano a otra. Es como lo que normalmente ocurre con el agricultor, su producto y el precio que este tiene al final. Aclarar aquí que el BCE no es un agricultor, ni mucho menos, ya quisiera el agricultor. Pero este ejemplo puede servir para lo que aquí nos ocupa, los intermediarios.
Los agricultores siempre se quejan de que el único que encarece su producto es el intermediario, que lo único que hace es vender por un precio mucho mayor algo que ha comprado por una cantidad irrisoria. Los bancos privados hacen lo mismo, solo que con mucha más desfachatez, los intermediarios en la agricultura, por lo menos, trasladan los productos de un lugar a otro.
Es de suponer que no estaría mal cuestionarse para qué sirven los bancos privados ya que para qué prestarles el dinero a ellos primero, para que después ellos lo presten después, si se le puede prestar a quien de verdad lo necesita directamente. O mejor aún, ¿porqué existe la obligación de que el dinero se tenga que comprar con un interés si se puede obtener la misma riqueza sin los intereses de los bancos?
Todo esto parece ilógico y este razonamiento se puede tachar de locura debido en gran parte a que nuestro sistema está tan arraigado en nosotros que no nos permite pensar que hay otras maneras en las que se beneficie a la gran mayoría y no a una minoría como sucede hasta ahora. Nos cocen tan a fuego lento que no nos percatamos de que cada vez hace más calor y vemos como normal algo que es totalmente injusto, y no solo es injusto y abusivo, sino que lo hacen en nuestras narices, debido en gran parte, a que han agotado nuestra capacidad crítica manteniéndonos entretenidos y trabajando libres, pero como esclavos de un sistema que no permite salir de él.