viernes, 29 de octubre de 2010

Hacia los medios


Jamás creas lo primero que te dicen, es la mejor manera de mantener el espíritu crítico. No se trata de cuestionarlo todo, hay aspectos que no requieren tanta profundización.
Se trata pues de intentar obtener más respuestas, se trata de ser inconformista con la información que recibes.
Es la mejor manera de mantenerte despierto y es la única manera de que no te engañen.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Televisión de calidad por favor

Cada día vemos en la televisión como personas con un nivel cultural alarmantemente bajo se erigen como princesas del pueblo, señores en toda regla y así un conjunto de personajes conocidos por todos, fácilmente accesibles y peligrosamente imitables. La venta de programas de ínfima calidad hacia un público cada vez más anestesiado convierte a los medios de comunicación, aunque más concretamente la televisión, en puertas atractivas que invitan a entrar las cuáles hacen del espectáculo su mayor reclamo.
La cultura, en todos los ámbitos de la vida y en todos los formatos en los que se desarrolla, está sujeta a una ley, la de la oferta y la demanda. Literatura, cine, televisión y en definitiva medios de comunicación transforman su contenido en entretenimiento, donde el valor de este está sujeto a los niveles de audiencias, ventas, regidos por la publicidad, es decir, todo lo que es transformable a dinero. Esto es digno de reflexión si tenemos en cuenta que todo esto nos rodea, nos envuelve e incluso nos invade. Parándonos un momento a pensar comprobamos que todo esto forma parte de nuestras vidas y como está tan anexionado a nosotros es lógico pensar que el sistema mercantil trata absolutamente todo como mercancía, incluyéndonos a nosotros. Todo, absolutamente todo tiene un precio, por tanto un valor de mercado y como dice José Vidal- Beneyto hasta nuestros propios sentimientos.

viernes, 22 de octubre de 2010

Huelga General

Vivimos en un país apático, esa es la conclusión a la que he llegado hoy. Nuestros vecinos del norte, también conocido como Francia, van ya por la séptima huelga general, a la que se han unido los estudiantes como mayores promotores. Reivindican el derecho a no vivir peor que sus padres, algo absolutamente lógico, y a que la edad de jubilación no avance de los 60 a los 62 años. Ellos han llegado a la conclusión de que este cambio en la normativa les afecta de manera directa porque que los mayores tarden más en dejar de trabajar impide que ellos accedan antes al mercado de trabajo con las consecuencias que esto tiene.
Volviendo a nuestras fronteras, vemos como a nosotros el aumento de la edad de jubilación parece no afectarnos. Somos un país, donde emanciparse totalmente antes de los 30 años y conseguir un empleo decente donde se respete la jerarquía y a su vez se valore el trabajo, es prácticamente imposible. Mientras en Francia las huelgas producen caos en los aeropuertos, protestas en las calles e incluso disturbios (a veces la única manera de conseguir algo, por lo menos que se te escuche), en España vemos como el día de la huelga no solo no se produce un caos en los aeropuertos sino que todos los vuelos salen a su hora, las protestas son manifestaciones insulsas y la mayoría de trabajadores que hacen huelga se quedan durmiendo.
Todo esto es normal cuando vemos que la huelga no produce ningún debate político de envergadura, los sindicatos más que sindicatos parecen una unión de colegas que convocan una huelga que es una pantomima. Una huelga, convocada meses antes con la excusa de que si se actuaba de manera inmediata con las movilizaciones corrían el peligro de tener una baja participación por el mundial.
A veces pienso que lo de pertenecer a Europa y considerarnos europeos solo nos ha servido para mejorar nuestras carreteras.