Miedo, tengo miedo

Todos los hombres a los que les gusten las mujeres maduras bien cuidadas, tienen que estar encantados con Sarah Palin. Es guapa, viste bien, es elegante, tiene una bonita sonrisa y es una mujer con mucho carácter, lo de la inteligencia lo dejaremos para quien la conozca. Esta estadounidense de 46 años, que ganó concursos de belleza en su juventud siempre se caracterizó por su liderazgo desde muy joven. Si consideramos que hoy en la política es necesaria una muy buena imagen y un fuerte liderazgo, la señorita Palin cumple con ambos requisitos. A su favor tiene el contexto, en momentos de crisis económica grave, el electorado generalmente tiende a ir hacia la derecha más radical, en su contra tiene incluso a facciones de su propio partido, el Republicano, que con declaraciones como las de Barbara Bush, mujer del primero de los belicistas Bush que decía, en referencia a Sarah Palin, “Creo que es preciosa, que es feliz en Alaska y espero que se quede allí”.

Como es normal, Obama afirma en que no le presta atención, o solamente la necesaria. Todavía queda tiempo para las elecciones presidenciales en Estados Unidos, pero si todo sigue igual o parecido al momento actual, que es lo más probable, y si dejan que Sarah Palin sea la candidata republicana a las elecciones, le puede hacer mucha pupita a Obama. No creo que llegue a ganar las elecciones, el carisma del actual presidente, le permitirá agotar las dos legislaturas permitidas a los presidentes norteamericanos, pero viendo que esta mujer no es de las que desista a las primeras de cambio, tendremos Palin para rato, así que si todo sigue igual, asociaremos 2016 a su nombre, aunque esto en política es avanzar demasiado.
A lo que sí asociamos ahora el nombre de Sarah Palin, es a la Asociación Nacional del Rifle, al movimiento ultraconservador Tea Party y a errores del tipo: tenemos que permanecer unidos a “nuestros aliados norcoreanos”. También se le asocia a términos como familia, fe y bandera. Me recuerda a Rajoy pero más agradable a la vista y con las ideas más claras. Presiento que si llegara a ganar las elecciones, Estados Unidos volvería a perder el crédito internacional que tanto le ha costado recuperar y se retrocedería a las épocas en que Bush (hijo) se dedicaba a buscar en los cajones del despacho oval, armas de destrucción masiva.