miércoles, 1 de diciembre de 2010

Wikileaks, una noticia más

Después de dos días leyendo las filtraciones de Wikileaks y viendo las reacciones de los gobiernos afectados me parece estar viendo el plató de “Sálvame” o “DEC”. Por supuesto que es positivo que estas filtraciones salgan a la luz, la prensa siempre ejercerá de control sobre el poder. Lo que ocurre es que ahora mismo el poder y la prensa ya no se diferencian, su separación, ha medida que avanzan los años, se va convirtiendo en una separación menos clara.
Ahora bien, de estas filtraciones, las cuáles los medios escogidos para difundirlas, son solo cinco en todo el mundo, entre ellos EL PAÍS, se van a seleccionar lo más relevante para la visión de dichos medios, con tal de proteger la supuesta buena salud de la que goza la comunidad internacional y de no dañar y perjudicar la vida de muchas personas. Esto es, que no todo lo que revele Wikileaks será publicado y por tanto se omitirán muchos aspectos de los ya mundialmente famosos “cables”.
Por otra parte está la reacción de los gobiernos afectados, que no culpan a Estados Unidos sino a Wikileaks, pues según ellos, estas revelaciones pueden poner en peligro las relaciones entre países.
En referencia a que estas filtraciones parecen más un programa del corazón que unas informaciones gubernamentales confidenciales, hay que decir que la mayoría de informaciones que han salido hasta el momento a la luz, son cotilleos, habladurías, temas para conversaciones distendidas de sobremesa, como que se encargó un estudio sobre la salud mental de la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, o como que Berlusconi está cansado y desgastado por tantas “fiestas salvajes” a lo que este, como es lógico, ha respondido, “ Por desgracia yo no he participado en mi vida en ningún festín salvaje”, o que Sarkozy está obsesionado con tener relevancia internacional. De todo lo que he leído hasta el momento lo más relevante, es la declaración que se atribuye al heredero de Abu Dhabi, Zayed al Nahyan, en la que dice que es mejor una guerra convencional ahora que un Irán nuclear.
Con todo esto, decir que nos olvidaremos pronto de estas revelaciones, justo en el momento en que nos empiecen a invadir con informaciones de otra cosa.

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