En estos momentos se decide si el Estado de Alarma se prolonga un mes más o cumple el plazo de quince días que se estableció el 4 de diciembre. Un Estado de Alarma del que los controladores aéreos son los responsables y nadie más que ellos.
Todos tenemos el derecho a manifestarnos y todos tenemos derecho a reivindicar lo que creemos que es más justo para nuestros intereses, por lo menos en España. También es cierto que hay muchas formas de ejercer este derecho y la opción que han escogido los controladores aéreos no es la mejor, ni para ellos mismos. Han conseguido poner a toda la ciudadanía en su contra, porque hubo muchos afectados y a los que no les pilló la huelga encubierta, los medios de comunicación se encargaron de sensibilizarlos, mostrando declaraciones de afectados alegando que el motivo de su viaje era de salud, por ejemplo. Han conseguido también, que toda la ciudadanía se una, hecho digno de aplauso, pues han logrado algo que los políticos que nos representan se han empeñado en destruir. Han conseguido también que, absolutamente todos, conozcamos que son los que menos trabajan de Europa, teniendo por este esfuerzo los sueldos más altos del continente, he aquí otra de las fibras sensibles de la ciudadanía, nunca menciones el sueldo y menos en estos tiempos que vivimos y mucho menos si son tan elevados. Y por último, han conseguido también relativizar el cansancio, dependiendo de si se paga por horas extras o no.
En su afán por darse a conocer, lo único que han conseguido es que muchas españolas suspiren por el portavoz de la USCA (Unión Sindical de Controladores Aéreos), César Cabo, también han logrado que nos resulten despreciables, porque las formas son importantes y aún más, cuando de lo que se trata es de las vacaciones de un español. A todo esto hay que añadir que si se premiara a colectivos por logros conseguidos en un periodo corto de tiempo, ya tendríamos un claro vencedor.
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