domingo, 12 de diciembre de 2010

Deportistas o farsantes


A todos los tramposos y los que quieran serlo les animo a venir a España. En los últimos tiempos nuestro país ha cosechado grandes éxitos deportivos, estamos a la cabeza en muchos deportes y por si esto fuera poco va nuestra selección de fútbol y gana el mundial. Tenemos a Nadal, que a parte de ser un gran jugador de tenis y de desprender una gran fortaleza física, mantiene los pies en la tierra para seguir aspirando a tocar el cielo del deporte, este chaval no se conforma nunca. Tenemos a Alonso, que aunque este año se le haya atragantado el mundial de Fórmula 1, sigue estando ahí, entre los mejores. Están los pilotos de motos, Marc Márquez, Toni Elías y Jorge Lorenzo, campeones del mundo en sus respectivas cilindradas. Pau Gasol, y así podríamos seguir enumerando a un gran número de deportistas que han atravesado nuestras fronteras para promocionarnos y darnos a conocer allá por donde van. Aquí incluiría a Alberto Contador, porque aunque esté acusado de dopaje, las pruebas y argumentos que muestran aquellos que quieren desprestigiarlo, son tan vagas que no merecen mayor atención. Supongo que en Francia no les agrada la idea de tener que soportar durante muchos años a otro fuera de serie español.
Vergüenza nos debería dar de aquellos que han hecho trampas para colgarse una medalla. Vergüenza de sí mismos deberían tener, aquellos que han manchado su nombre, y aunque esto de por sí es triste, más vergüenza deberían sentir porque no es solo su nombre el que sale salpicado de todo esto, sino es el nombre de lo que representan, pues no solo lucen la bandera de nuestro país, todos nosotros vamos con ellos cuando ganan y todos nosotros vamos con ellos cuando pierden.
Doparse significa faltar al respeto al rival de una forma total y absoluta. Significa faltar el respeto a tu rival en competiciones internacionales, pero también significa faltar al respeto a tu compatriota, que compite contigo para lograr una marca que abra las puertas de unos Juegos Olímpicos o de un mundial. Porque quién sabe si aquellos que no han hecho trampas se han quedado fuera de una gran competición por culpa de un tramposo. Pero el colmo de la mala educación es que no solo faltan el respeto a sus rivales, sino que nos fallan a nosotros, que los seguimos con ilusión y los apoyamos aunque estén lejos. Todo esto puede parecer un tanto patriótico y sonar a apoyo a ultranza de la bandera, pero quien no se ha alegrado de que un atleta de su país gane una medalla e incluso una competición.
Hoy damos las gracias a todos aquellos que han hecho de la honestidad su principal transfusión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario