El 12 de diciembre de 2005 empezaba a funcionar la Televisión Digital Terrestre (TDT)
como la conocemos hoy. Siete años después está muy lejos de los
objetivos para los que supuestamente se creó. La interactividad que nos
vendieron no se ha conseguido. Aunque hay un número de canales elevado
la calidad es ínfima y la pluralidad que se pretendía es inexistente ya
que el pastel televisivo se reparte entre los mismos que antes tenían
las televisiones privadas.
En
el año 2000, con el Gobierno de José María Aznar, la televisión digital
hizo su aparición con uno de los mayores fracasos televisivos que los
españoles hemos conocido. Quiero TV se convirtió en la
primera televisión digital terrestre y también en un gran fiasco. Lejos
de ser la televisión con internet que sus promotores pretendían, su
desastrosa implantación hizo que todos sus intentos por quedarse entre
los españoles fuera peor que el anterior. Un claro ejemplo de esto fue
la publicidad con el logo de Quiero que lucieron los árbitros de 1ª y 2ª
división incluso una temporada después de que la plataforma dejara de
emitir.
Además
de ésta, el Gobierno de Aznar otorgó una licencia para cada una de las
televisiones ya existentes y también una multiplex (con la
multiplexación se pueden emitir más canales por donde antes solo se
transmitía uno, todo depende de la compresión que se utilice) para las
autonomías, sacando a concurso también dos licencias que recaerían en
Net TV y Veo TV.
Ya en 2005 y con Zapatero al frente del Gobierno la TDT tuvo su impulso definitivo. El Presidente por aquel entonces decía: “Durante
mucho tiempo me comprometí con este objetivo de tener un panorama de
medios lo más abierto, competitivo, independiente, plural y de calidad y
voy a cumplir el compromiso que tengo con los ciudadanos”.
Siete años después de este anuncio la TDT en España ha ido dejando de cumplir todos los objetivos para los que se creó.
La interactividad que se le suponía no es tal, o ¿cuántos de ustedes
han hecho la compra a través de su televisor? Además, la calidad de la
que se habla no es del todo cierta pues la televisión que vemos dista
mucho de la que en un principio se pretendía. Según el Coordinador del
Departamento de Infraestructuras en el Cibercentro del Gobierno de Canarias, Sergio Jiménez, la imagen que proporcionan los canales HD en la actualidad ofrecen una resolución de 720 puntos, mientras que la verdadera alta definición o Full HD emite en 1080.
Otro
de los objetivos que se plantearon fue la pluralidad que podría existir
con una variedad y un número tan alto de canales. Pero nada más lejos de la realidad. Con el tiempo hemos podido comprobar que un número elevado de canales no es sinónimo de pluralidad y tampoco de calidad. La mayoría de canales ofrecen muy pocos contenidos nuevos y hay una vuelta al pasado
en cuanto a programación. Además esa pluralidad de la que tanto se
habla con la TDT es ficticia, ya que los 27 canales que existen [sin
contar con las televisiones autonómicas y las locales] pertenecen a los
mismos que ya tenían licencia antes de la plataforma digital, por tanto
no hay una mayor apertura, hay más de lo mismo. La Corporación RTVE, el
Grupo Antena 3 y Mediaset tienen 20 de los 27 canales nacionales
existentes con lo que eso supone en porcentaje de share y de ingresos
publicitarios.
Fuente: Elaboración propia
Si
analizamos el cuadro anterior, observamos como este período de fusiones
y absorciones está produciendo una tendencia a la "derechización" de la
televisión en España. Tanto Cuatro como La Sexta han sido absorbidas
por los dos grupos más poderosos de televisión españoles. Aunque se hable de fusión, es más correcto decir absorción,
pues Antena 3 cede tan solo un 7% de los derechos a La Sexta, mientras
que Prisa se queda con el 21% de su televisión, Cuatro. Hay una
derechización porque tanto el Grupo Antena 3 como Mediaset España tienen
una ideología claramente conservadora, véase sino al presidente y
propietario de cada una de ellas. José Manuel Lara, que preside del
Grupo Planeta al que pertenece el Grupo Antena 3 y Silvio Berlusconi que
dirige Mediaset. Por tanto está dejando de haber un contrapeso y lo que
en un principio parecía una ventana hacia la pluralidad se está
convirtiendo en un paisaje con una única ideología predominante.