miércoles, 27 de octubre de 2010

Televisión de calidad por favor

Cada día vemos en la televisión como personas con un nivel cultural alarmantemente bajo se erigen como princesas del pueblo, señores en toda regla y así un conjunto de personajes conocidos por todos, fácilmente accesibles y peligrosamente imitables. La venta de programas de ínfima calidad hacia un público cada vez más anestesiado convierte a los medios de comunicación, aunque más concretamente la televisión, en puertas atractivas que invitan a entrar las cuáles hacen del espectáculo su mayor reclamo.
La cultura, en todos los ámbitos de la vida y en todos los formatos en los que se desarrolla, está sujeta a una ley, la de la oferta y la demanda. Literatura, cine, televisión y en definitiva medios de comunicación transforman su contenido en entretenimiento, donde el valor de este está sujeto a los niveles de audiencias, ventas, regidos por la publicidad, es decir, todo lo que es transformable a dinero. Esto es digno de reflexión si tenemos en cuenta que todo esto nos rodea, nos envuelve e incluso nos invade. Parándonos un momento a pensar comprobamos que todo esto forma parte de nuestras vidas y como está tan anexionado a nosotros es lógico pensar que el sistema mercantil trata absolutamente todo como mercancía, incluyéndonos a nosotros. Todo, absolutamente todo tiene un precio, por tanto un valor de mercado y como dice José Vidal- Beneyto hasta nuestros propios sentimientos.

viernes, 22 de octubre de 2010

Huelga General

Vivimos en un país apático, esa es la conclusión a la que he llegado hoy. Nuestros vecinos del norte, también conocido como Francia, van ya por la séptima huelga general, a la que se han unido los estudiantes como mayores promotores. Reivindican el derecho a no vivir peor que sus padres, algo absolutamente lógico, y a que la edad de jubilación no avance de los 60 a los 62 años. Ellos han llegado a la conclusión de que este cambio en la normativa les afecta de manera directa porque que los mayores tarden más en dejar de trabajar impide que ellos accedan antes al mercado de trabajo con las consecuencias que esto tiene.
Volviendo a nuestras fronteras, vemos como a nosotros el aumento de la edad de jubilación parece no afectarnos. Somos un país, donde emanciparse totalmente antes de los 30 años y conseguir un empleo decente donde se respete la jerarquía y a su vez se valore el trabajo, es prácticamente imposible. Mientras en Francia las huelgas producen caos en los aeropuertos, protestas en las calles e incluso disturbios (a veces la única manera de conseguir algo, por lo menos que se te escuche), en España vemos como el día de la huelga no solo no se produce un caos en los aeropuertos sino que todos los vuelos salen a su hora, las protestas son manifestaciones insulsas y la mayoría de trabajadores que hacen huelga se quedan durmiendo.
Todo esto es normal cuando vemos que la huelga no produce ningún debate político de envergadura, los sindicatos más que sindicatos parecen una unión de colegas que convocan una huelga que es una pantomima. Una huelga, convocada meses antes con la excusa de que si se actuaba de manera inmediata con las movilizaciones corrían el peligro de tener una baja participación por el mundial.
A veces pienso que lo de pertenecer a Europa y considerarnos europeos solo nos ha servido para mejorar nuestras carreteras.

viernes, 14 de mayo de 2010

Tres tristes trajes

Si Francisco Camps fuera fotogénico,
todos le amaríamos. Su capacidad de
acaparar portadas es extraordinaria,
menos mal, eso sí, que en los periódicos
no podemos oír su voz, bastante
irritante, por cierto. Sí fuera verdad
que Camps aceptó trajes de la trama
Gürtel sería el soborno más bochornoso
de la historia de la corrupción en
España y probablemente del extranjero.
Facebook ya debe tener su grupo:
Políticos que aceptan trajes como regalo.
Como él es un presidente de Comunidad
se cree con el derecho a
asignarse victorias, primero Bermejo,
después Garzón. El día que consiga ser
Presidente del Gobierno Dios tendrá
que mirar para arriba para verlo.

Una de ministros

A CLAUDIO le faltaban siete meses, once días y cuatro horas para morirse cuando encontró la solución a todos sus problemas. El final de la Unión Europea, esperemos, tarde más en llegar. Hoy, Europa ha encontrado la solución a su único problema de gran envergadura que no es otro que la grave crisis económica que afecta a Grecia. El
miedo a que se produzca un efecto dominó y viendo el endeble estado de las economías española y portuguesa, ha hecho que los ministros de exteriores de los países de la Unión, busquen una solución rápida, y por lo visto en las bolsas, eficaz.
La semana pasada un broker se “equivocaba” y pulsaba, vamos a utilizar un burdo ejemplo, la tecla de miles de millones cuando en realidad tenía que apretar solo la de millones. Este minúsculo error provocaba el pánico y hacía que todos los mercados del mundo tuvieran fuertes pérdidas. Viendo las artimañas empleadas por los que cuando ganan, son ellos los únicos beneficiados y cuando pierden tenemos que hacer un gran esfuerzo todos, la Unión Europea ha decidido dar un puñetazo sobre la mesa y conseguir apaciguar los ánimos y dar confianza a los que no entendemos nada.
Es doloroso pensar que en el mundo en el que vivimos vayamos al son de los que juegan con el dinero de otros, de los que adoran el libre mercado para hacer y deshacer pero que cuando hay problemas piden a gritos el proteccionismo del Estado. Está claro que siempre andan cerca de la que mejor baila. Este plan de apoyo al euro hace que respiremos tranquilos durante al menos estos días y veamos como vuelven
a ganar los de siempre y menos mal, deberíamos pensar. Con todo esto, nosotros seguimos con una tasa de paro de más del 20% y sin señales de descender. Lo bueno es que ya no nos quejamos tanto o por lo menos no vemos a tantos quejarse, a gente de la calle quiero decir. Los intocables, como no, cuando dejan de ganar empiezan a desesperarse, van de esquina en esquina lamentando el terrible suceso de experimentar como su cartera no continua llenándose todo lo que debiera. Qué bueno, porque todo esto quiere decir que son inconformistas, que son luchadores aunque se olvidan de que hacen de la especulación su forma de vida.
Por todo esto hoy le damos las gracias a los ministros de exteriores, han conseguido
lo que solo un mercado en alza podía conseguir. Hacerlos felices, han vuelto a ganar, nosotros esperanzados veremos si Grecia sale de esta.

lunes, 22 de marzo de 2010

Suma y sigue

Salió Obama a dar su discurso con el rostro del que se sabe triunfador pero sin el más mínimo atisbo de arrogancia. Su plan renovador en el ámbito sanitario era algo que podía llevar al traste su mandato y quién sabe si su carrera política. Pero este hombre nació con una estrella que irradia y contagia por allí donde va y por todo lo que toca.
Con la serenidad y el carisma que lo caracterizan pronunció su discurso pausadamente, con aspecto cansado, pero con la satisfacción de haber conseguido algo que ninguno de los que lo habían intentado antes había logrado.
A su espalda, Joe Biden, salvaguardando en todo momento a su Presidente, deslumbraba con su impecable y hollywoodiense sonrisa. Se respiraba satisfacción, consecuencia del trabajo bien hecho, atrás quedaron horas de negociaciones y conversaciones y debates parlamentarios.
Obama tiene por fin su victoria doméstica, a la mayoría del resto del mundo ya nos tenía en el bolsillo.
En homenaje a su hito, me gustaría darle las gracias porque hoy la Tierra vuelve a estar en manos competentes, los lunares, que debido al exceso de exposición solar han manchado el planeta, se están difuminando y las preocupaciones que antes nos aterraban ya casi las hemos olvidado.
Es cierto que todavía hoy quedan asuntos por resolver pero también es innegable que la ciudadanía vuelve a creer en Estados Unidos, la que nos guste o no, es la nación más poderosa del mundo.

sábado, 20 de marzo de 2010

Reportaje. Desmontando prejuicios

Nos adentramos en la Calle Mata para hablar con dos prostitutas que ejercen en esta zona de la capital andaluza

Sexo de corta duración: 30€, sexo de larga duración: 50€, felación: 15€, estos precios están sujetos a una tarifa estándar que puede ser modificada en virtud de la naturaleza del cliente. Esto es, si es un buen cliente (acude asiduamente) puede haber un descuento o el tiempo dedicado al sexo aumenta por el mismo precio.
Así es la vida en la calle, la única regla es que no hay reglas, se siguen unos patrones para mantener un cierto orden pero solo para lo que es estrictamente necesario.
El sol sale en Sevilla y Lucía (dominicana residente en España desde hace 7 años) se levanta como cada mañana para acudir a trabajar. Despierta a sus hijos, tiene cuatro, de los cuales, uno va a la universidad, otro estudia bachillerato y dos más pequeños que acuden a la escuela. Son una familia normal, con una excepción, sus hijos no saben de donde viene el dinero con el que comen, se compran la ropa, salen con sus amigos a divertirse, o compran golosinas en el estanco. El dinero que utilizan en su vida diaria proviene de las 11 horas que pasa su madre sentada en la puerta de una casa de la calle Mata esperando al próximo cliente. Ella dice que no está ahí por obligación ni por ningún tipo de coacción, simplemente se cansó de fregar escaleras, casas y de tener tres trabajos simultáneos que la mantenían fuera de casa todo el día. Por la mañana limpiaba a una señora mayor, por la tarde acudía a cuidar de dos ancianas y por la noche era camarera en un bar. Ahora está fuera del hogar todo el día pero la cantidad de dinero que ingresa es muy superior a la de antes.
Normalmente, en las zonas en las que se ejerce la prostitución suele haber muchos problemas, ruido, alboroto, continuo movimiento de coches, hombres que faltan el respeto a las prostitutas. En la calle Mata, una vía que une la Alameda de Hércules con Joaquín Costa y la calla Santa Rufina, ocurre algo insólito o por lo menos no muy común. En estas calles se ejerce la prostitución desde hace años, esto nos podría parecer normal e incluso podría conseguir que intentáramos evitar pasar por esta zona, pero nada más lejos de la realidad. Aquí se respira un aire de respeto mutuo, los vecinos las saludan, se paran a hablar con ellas, le preguntan que tal están e incluso las llaman por su nombre. Cuando hablamos de vecinos, hay que incluir señores y señoras mayores, personas de mediana edad y niños. Es frecuente ver como una señora mayor camina con sus bolsas del supermercado y para descansar se para a hablar con alguna de ellas e incluso con todas, le comenta como ha subido el precio de los tomates y continua su camino. Ellas comentan que se llevan muy bien con los vecinos, “puede que haya alguien que se queje pero no más de uno”.
Todo esto se ha conseguido a base de respeto, tolerancia, integración plena, es posible gracias a que a estas señoritas se las mira como lo que son, personas, mujeres que por diversas razones han decidido vender su cuerpo, que no su alma, pues muchas se han cansado de trabajar y han optado por una manera fácil y rápida de obtener dinero. Todo esto no quiere decir que se ponga en un pedestal a la prostitución, simplemente han elegido.
Lidia, colombiana de 38 años, lleva en España algo más de seis y en la Calle Mata desde hace uno. Al igual que Lucía tiene cuatro hijos pero ella no ha podido traerlos a España. “Los echo mucho de menos, sobre todo en los momentos desagradables que he tenido que vivir”. Al igual que los hijos de Lucía los de Lidia también estudian, el mayor ingeniería, el resto asisten al instituto y a la escuela. Se enorgullece de sí misma cuando dice que no ha tenido que pedir nunca. Debido a su edad surge la pregunta de si no tienen miedo de que las más jóvenes le quiten el trabajo, a lo que responden que tienen que haber para todos los gustos. Las dos hablan muy orgullosas al decir que un profesor residente en la zona siempre va con su mujer y sus hijos y todos las saludan cordialmente, “la mujer incluso nos trae ropa de vez en cuando y los niños siempre se paran para jugar con nosotras”.
Así es la Calle Mata, así son sus vecinos, así son sus prostitutas, porque el respeto y la dignidad no tienen precio, educación y humanidad por encima de todas las cosas.

“Nunca he recibido quejas por parte de los vecinos”

Pilar Solís, Presidenta de la Asociación de Vecinos de la Alameda de Hércules, lleva ejerciendo como tal desde el año 2008, fue presidenta anteriormente entre los años 2000 y 2004 pero se vio obligada a dejarlo por motivos personales.
Al tiempo de encenderse un cigarro y dar un sorbo a su vino dulce, me comenta que salió a su padre, en el sentido de que le apasiona ayudar a los demás. “Simplemente me hace feliz”, comenta, y todos los quebraderos de cabeza que conllevan ser la representante vecinal, no son nada comparado con la sensación de completa satisfacción que le produce ser útil en este sentido. La Alameda de Hércules ha evolucionado enormemente en los últimos años. “La primera vez que estuve en Sevilla
salí a cenar con mi marido y después de la cena me llevó a dar un paseo en coche por la Calle Joaquín Costa, Mata, foco de prostitución, drogas y ambiente oscuro. En ningún momento pasé miedo, es más todo me pareció muy natural”. Esta madrileña de 59 años lleva veintiséis en Sevilla, trabajó para el Ministerio de Trabajo y Telecomunicaciones, fue sindicalista de UGT, en Madrid ya colaboraba para la Asociación vecinal de El Pozo del Tío Raimundo, que por aquel entonces era una zona chabolista y enviudó hace tres años de un “gran hombre, no solo para mi, sino para la sociedad”.
Como Presidenta nunca ha tenido ninguna queja sobre las prostitutas de la Calle Mata, ellas han sabido respetar a los vecinos y los vecinos han actuado con el mismo respeto hacia ellas. “De lo que se quejan los vecinos es de la Botellona”.
Las señoras de la Calle Mata han convertido en peculiar su situación, su manera de estar en la calle, agrupadas, charlando en torno a una mesita recuerda más a un entorno de completa integración vecinal que a la visión que normalmente se tiene de las prostitutas. Han conseguido que se las respete como personas y como ciudadanas, han sabido mantener una relación educada con los vecinos en todo momento y sobre todo han conseguido desmontar todos los prejuicios que de ellas normalmente se tienen.
Algo que le preocupa realmente a Pilar es la íntima relación que las nuevas generaciones de prostitutas tienen con la droga, las mayores nunca han estado implicadas ni relacionadas con este mundo y si lo han estado, la han sabido llevar bien.

En 2009 la Policía desarticuló trece grupos organizados

La manera de actuar de la Policía ante la sospecha de explotación sexual va a depender de distintos factores: si existe un riesgo inmediato de la/s víctima/s, si hay evidencias de que haya menores explotadas, si tras la explotación sexual hay un grupo organizado, etc. La norma a seguir es comprobar, antes que nada, las sospechas o la información recibida, mediante los medios técnicos y humanos de los que dispone la Policía. A todo esto habría que añadir las horas de trabajo que cualquier investigación requiere.
Una vez que se tiene la certeza de que la explotación sexual existe, la actuación dependerá de otros factores como que la explotación se produzca en un domicilio, en la calle o en un lugar público. Para la primera habría que solicitar la orden judicial correspondiente mientras que para el resto no sería necesario. La actuación va dirigida a: 1º) Liberar a las mujeres u (hombres) explotados y ofrecerles todo el apoyo policial. 2º) Detener a los autores. 3º) Registrar el domicilio o establecimiento en busca de efectos probatorios de dicha actividad. 4º) Oír en declaración a las víctimas e instruir el oportuno atestado a la autoridad judicial. Esta actuación se lleva a cabo dependiendo del lugar y de la peligrosidad de los autores o riesgo de las víctimas, se toman las medidas adecuadas de autoprotección y protección a terceros y se concentran a las personas separando a las víctimas de autores. Los datos que se recopilan son todos aquellos que puedan servir para probar los hechos. Libros registros (en los casos de locales), estado de las habitaciones destinadas al ejercicio de la prostitución, pagos recaudados, registro de entradas y salidas, denominados “pases”, realizados por las mujeres con los clientes.
Las nacionalidades que más incidencia tienen son mujeres provenientes de Rumanía, Brasil, República Dominicana, Colombia y Nigeria. El porcentaje de extranjeras depende, aunque en cualquier caso es muy elevado. En locales grandes tipo clubs con plaza (llamados así aquellos que tienen un “hotel” anexo, donde las mujeres residen durante algún tiempo) es de más del 90%, en otro tipo de establecimientos el porcentaje está entre el 70 y el 80%.
Después de arrestados los responsables, respecto a las prostitutas las actuaciones son distintas dependiendo de si son extranjeras en situación regular o “irregulares”. En ambos casos, si se comprueban que están explotadas, se les ofrece la ayuda para que abandonen el lugar, buscándoles alojamiento seguro y ofreciéndoles el estatus de testigo protegida. A las mujeres irregulares tanto si desean colaborar como si no, se les incoa el correspondiente expediente sancionador, que normalmente será para expulsión, si bien en el caso de las colaboradoras, el expediente se suspende y se le ofrece la posibilidad de ser documentadas como se recoge en la Ley de Extranjería. En el supuesto de que sea factible la documentación, el expediente se archivará y en el caso contrario continuará su curso. En caso de que hubiese algunas contra las que ya hubiese recaído resolución de expulsión, se ejecutará la misma.
Con respecto a las intervenciones de la Policía, en 2009 se desarticularon 13 grupos organizados habiendo un total de 58 detenidos. Se realizaron 18 controles en clubes de alterne, deteniéndose a 14 personas por distintos delitos y a 50 mujeres que se encontraban en situación irregular.
El número de clubes nocturnos estimado es de unos 20, considerados aquellos de una
determinada entidad, luego hay locales más pequeños y, por supuesto, aquellas actividades desarrolladas en pisos o casa particulares anunciadas en las distintas secciones de relax de los periódicos y en internet. Contando los de la provincia puede haber unos 40 clubes de alterne.
Aunque es un cálculo estimado, pues no es una ciencia exacta, ya que es dinero no declarado (negro), se estima que en España la prostitución puede llegar a generar unos beneficios de 15.000 millones de euros al año.

viernes, 12 de febrero de 2010

El escritor de la intertextualidad. Entrevista a Enrique Vila-Matas


Escritores como Enrique Vila-Matas (Barcelona, 31 de marzo de 1948) engrandecen la literatura, convierten el arte de escribir en algo sublime, algo comparable a una sensación muy placentera, pues cuando te introduces en una de sus novelas, ensayos o artículos ves que hace fácil algo que es realmente complicado y que no es otra cosa que escribir.
Este catalán que estudió Derecho y periodismo se autoexilió en París en busca de una mayor libertad para sus creaciones literarias. En París, la escritora Marguerita Duras le alquiló una buhardilla donde se germinó su segunda novela, antes, mientras cumplía con la obligación de realizar el servicio militar obligatorio en el norte de África, escribía su primera novela por las tardes, en la trastienda de un colmado del regimiento de artillería, la cual no la ideó para publicarla, pero Beatriz Moura, lo convenció de que lo hiciera.
Desde entonces hasta hoy Enrique Vila-Matas es autor de 26 libros, entre novelas, ensayos y autobiografías que mezclan realidad y ficción en una combinación magistral.
Cuando dice que en español dice mentiras mientras que en catalán solo puede decir la verdad, refleja su interés por esa combinación de realidad, ficción y experiencias personales, pues toda su obra está escrita en lengua española.
Enrique Vila-Matas, amante de las citas, hace de la intertextualidad una seña de identidad, una manera de unir su literatura a la de esos autores que por una razón u otra han pasado a la memoria colectiva, Kafka, Wilde, Truman Capote y así podríamos estar hasta el final de estas líneas, son escritores que Vila-Matas hace suyos en un sinfín de ocasiones, los funde en un conjunto que forman un todo en el que une estilos, épocas y formas de pensamiento de una manera pulcra y elegante.
La ironía, la Real Academia la define en una de sus acepciones, como burla fina y refinada, Vila-Matas hace de esta figura retórica un elemento indispensable en sus obras, todas ellas están plagadas de este humor exquisito y selecto, de esta manera de decir sin decir nada, esta forma de despertarte cuando crees que una novela te está aburriendo, arrancándote una sonrisa ante algo que a simple vista parece inerte, pero que en realidad tiene mucha vida, el libro, ese gran almacén de historias y vidas, que te transporta a lugares lejanos sin moverte de tu casa.

Pregunta: Usted menciona una gran cantidad de viajes, ciudades que ha visitado y hoteles, sobre todo, hoteles, pero siempre lleva Barcelona consigo, es cierto que muchas veces quiere huir de ella, pero en el fondo da la sensación que usted la adora. ¿Quiere pasar a la posteridad como muchos escritores que al final se acaban asociando a una ciudad, o en realidad, siente tanto amor por Barcelona?
Respuesta: No me preocupa la posteridad. Y en cuanto a Barcelona, insistir en que está horrible desde la invasión turística y la tontería cada vez mayor de la gente. Ahora bien, es mi ciudad, y seguiré en ella. He descubierto que el mejor modo de escapar de ella es quedarse en ella.
P: Como observador de vidas ajenas, y por la forma que tiene de caracterizar y encuadrar al protagonista de Extraña forma de vida, ¿se siente usted un espía de existencias o simplemente un mero observador?
R: Espionaje y literatura están muy conectados. En Exploradores del abismo hay un cuento (sobre el autobús de la línea 24 de Barcelona) en el que vuelvo sobre el tema. Escucho distraídamente conversaciones y todas acaban pareciéndome carne de cañón, quiero decir carne de cuento. Se oyen muchas cosas raras por ahí.
P: En referencia a una crónica de: Desde la ciudad nerviosa, en la que afirma que muchas veces las vidas de los escritores son similares a las de las amas de casa. ¿Su actual vida, la que lleva ahora mismo, es de ama de casa?
R: No hay que leer mi declaración de una forma literal. Aquello fue una broma. Llevo vida de escritor. Pero sí es cierto que paso muchas horas en casa. Muy a menudo mi horario es el de un ama de casa. Pero no veo nunca los programas de televisión de la prensa rosa.
P: Es muy gratificante leer algo de usted, porque siempre acabas obteniendo referencias de una cantidad ingente de autores y títulos. ¿Parece obvio que sí, pero ve en la intertextualidad el elemento o una pieza clave de su literatura?
R: Lo explico detalladamente en un artículo que he publicado en mi web. Utilizo las citas al modo de una sintaxis personal. (www.enriquevilamatas.com/textmonterrey.html)
P: Voy a hacer una afirmación que a lo mejor es muy arriesgada, pero la voy a dar por hecho y es que le gusta el fútbol. Leyendo sus últimos artículos de EL PAÍS como: La Liga siempre llama tres veces, Felicidad o tragedia o el árbitro que expulsó a Zidane, demuestra que le gusta el fútbol o por lo menos lo sigue con regularidad. ¿Cuándo alguien le pregunta, se avergüenza usted de decir que sí, me gusta el fútbol?
R: Al fútbol voy desde niño. Siempre me ha divertido. Me sirve para escapar de otras cuestiones más trascendentales. Me gusta escribir sobre fútbol, me siento orgulloso de hacerlo. Se lo cuento a todos los que no saben que me dedico a esto. De algún modo, me normaliza, me enrarece menos ante la gente. Lo que sí he de añadir es que escribir sobre fútbol es mucho más difícil de lo que a primera vista parece.
P: Hay muchos extranjeros que comentan que el español se “inventa” las palabras. Me explico, hay muchas palabras que la lengua española adapta a su vocabulario como puede ser la propia palabra fútbol, bulevar, etc. ¿Es bueno que el español adapte todas las palabras que se apropia de otras lenguas?
R: No tengo opinión sobre esto. En todo caso, creo en la libertad de inventarse lo que uno quiera.
P: En una misma tarde hay muchas cosas que se pueden hacer, por ejemplo, podemos empezar leyendo a Kafka o el Ulises de Joyce, seguir con la dosis diaria del periódico del día y terminar viendo en el cine una superproducción americana. Bueno sé que usted se vio obligado a dejar de ir al cine por una serie de circunstancias que es inútil mencionarlas porque ambos sabemos a qué me refiero, aunque espero que ya haya retomado el hábito. Todo lo anterior, ¿es compatible?
R: Como dice Vilém Vok: La vida es corta, pero el día es largo.
P: Con respecto a su infancia, ¿fue feliz?
R: Fui inocente y casi muy feliz. Por suerte no lo fui del todo (feliz), de modo que no siento nostalgia de esa época y no querría volver a ella. Quizás por eso no escribo demasiado sobre ella. Era tan “casi muy feliz” que no me ocurrió nada especialmente reseñable: una época sin traumas. En Dublinesca, mi nueva novela, reflexiono en torno a la pérdida prematura del genius que nos acompaña en la infancia. Parece que últimamente está reapareciendo. Y es que dejé atrás un cierto infierno por el que atravesé al final de mi juventud.
P: ¿Alguna vez pensó en dejarlo todo por una mujer?
R: No me he encontrado en esa situación. Es malo, por otra parte, jugárselo todo a una sola carta.
P: ¿Se siente satisfecho cuando cree que ha terminado de escribir algo?
R:Sí, mucho. Como si hubiera cumplido con un deber. Sobre todo si lo que he terminado me gusta, lo que significa que tardaré en volver al tema.
P: ¿Qué se siente al saber que alguien, en algún lugar del mundo, está leyendo algo que ha escrito mientras usted, por ejemplo, se prepara un café en su casa?
R: Si pudiera ver en mi casa en una pantalla a la gente que está leyéndome en ese momento, podría volverme loco, o bien me acostumbraría a la compañía de tantos extraños.
P: ¿Cree en los premios verdaderamente?
R: Dan alegrías a los sufridos escritores, es cierto, pero si estos son mínimamente lúcidos tienen que reconocer siempre que, alegrías aparte, al paisaje de la alta literatura los premios no le convienen porque son como sombras ridículas dentro de la grandeza verdadera. ¡Ay, los premios! Creo que el mejor modo de escapar de los premios es tenerlos todos.
P: Y por último, ¿le ha encontrado el sentido a la vida?
R: Es que no es obligatorio encontrárselo.