jueves, 24 de marzo de 2011

Pulgar hacia abajo for Obama


Alguien que en el discurso posterior a la entrega de un Premio Nobel de la Paz, justifica una guerra, pone en entredicho los criterios que sigue el jurado de tan prestigioso premio. Obama es fascinantemente carismático, de eso no cabe ninguna duda, aunque también hay que decir que después de Bush, cualquier cosa era buena. Hasta ahora Barack Husseim Obama hablaba de guerras heredadas, ninguna comenzada por él.
Por este motivo Libia ha sentado un precedente para el cual voy a dar dos motivos:
1º: Libia es el primer territorio del mundo donde a la guerra se le denomina por otro nombre. Cuando en los medios de comunicación hablaban de zona de exclusión aérea, los ciudadanos del mundo pensaron que los cazas aliados se limitarían a velar porque ningún avión violara esta resolución de la ONU. Hoy comprobamos como no es así. Supongo que la población occidental no preveía que Gadafi siguiera en sus trece, aunque si observamos su rostro, nos damos cuenta de que es igual de obstinado tanto en mantenerse sin arrugas como en masacrar a su propio pueblo.
2º: Estoy cien por cien seguro de que Obama es el primer Premio Nobel de la paz que emprende una guerra. Sus motivos son buenos. Hay un tirano que apabulla a su pueblo y la única manera que tiene este de defenderse es a través de ayuda internacional. Desde que Obama recibió su premio nadie estaba seguro de si en realidad lo merecía, incluso el propio Obama, hombre consciente de lo que tiene entre manos, pareció verse en un compromiso al verse galardonado.
De todas formas y aunque reinen las buenas voluntades lo de Libia es una guerra, pese a quién le pese. Lo del premio a Obama, simplemente, es algo fuera de lugar.

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