domingo, 25 de mayo de 2014

Historias de Londres. Hipster como forma de vida

Jamboree es uno de esos lugares de Londres que en cuanto entras por la puerta sabes que te estás introduciendo en un local . Se encuentra dentro de un espacio cultural, un edificio antiguo de ladrillo de estética de suburbio con un enorme patio interior. El local cuenta con un salón amplio cuadrado y una tarima de palés que hace de escenario. La decoración es una mezcla de arte contemporáneo y mobiliario recogido de la calle, las paredes desconchadas hacen ver que no hay necesidad de gastar en pintura. En Jamboree alguien pinta sobre lienzo en una esquina mientras una actuación musical entretiene a los asistentes. Jamboree gusta porque muestra la diversidad de Londres y es un claro ejemplo de subcultura .
Spanner Jazz Punks en un momento de la actuación en Jamboree. Su polifacética manera de ver la música hacen a este dueto muy difícil de encasillar.
Spanner Jazz Punks en un momento de la actuación en Jamboree. Su polifacética manera de ver la música hacen a este dueto muy difícil de encasillar.
 Lo hipster tiene muchas maneras de definirse, aunque todos los preguntados coinciden en algo; se trata de lo alternativo, de vestir vintage, o con la ropa de tu abuela, de abrocharse todos los botones de las camisas, de llevar sombreros de copa pero puestos como la Kipá judía, camisas vaqueras imitando a la bata de enfermera y de muchas contradicciones. Cuando conoces el concepto sabes de qué se trata, y sobre todo, sabes reconocerlo. El hipster londinense es aquel que tiene la cabeza rapada pero un moño estilo geisha, el que lleva los pantalones remangados luciendo calcetines o la que te recuerda a Marilyn Monroe de cuello para arriba pero que a medida que desciendes la vista es más bien Metálica. Lo bueno del hipster es que todo lo mezcla, como si fuera normal, lo malo es que veces atenta a la vista.
 Una contradicción del hipster es que se suelen denominar a sí  mismos como de izquierdas, haciendo apología de los valores propuestos por el Che, pero su aportación al bienestar de la humanidad es muy escasa. No es que tengan que hacerlo, pero estaría bien que aprovecharan su posición acomodada para aportar algo más al bienestar social que interesantes debates sobre arte. Además, muchas veces parece como si les diera asco tocar las barras de los autobuses, como si el resto de los mortales fueran una cosa ajena a ellos, extraña y desagradable. Como toda subcultura urbana van en manada, frecuentan los mismos locales e intentan no mezclarse, o si lo hacen, su interlocución es breve con algún comentario fugaz sobre lo que se está presenciando. Intentan ser rebeldes, aunque no tengan porqué, es común en ellos, por ejemplo, verlos acostados en el suelo en medio de un bar contemplando con desdén al artista que actúa en el escenario.
Un pub de Shoredicht advierte de que todos los hipster deben venir acompañados de un adulto responsable. Foto: Ainhoa González
Un pub de Shoredicht advierte de que todos los hipster deben venir acompañados de un adulto responsable. Foto: Ainhoa González
 Jamboree se encuentra en el este de Londres [la parada más cercana es Lewisham, DLR], y es en el este de Londres dónde el hipster ha encontrado su hábitat natural. Shoredicht, Hoxton, Stoke Newington (o Stokey como ellos cariñosamente lo llaman), Dalston, eran antiguos barrios obreros de la capital británica que con la entrada del nuevo milenio se han ido transformando en una pasarela vintage hortera pero con mucho encanto. Aunque el este de Londres está repleto de council houses (viviendas de protección oficial) ellos prefieren vivir en la típica casa británica de estética victoriana, con el medio hexágono de ventana de la sala con la cortina un poco corrida, para que el transeúnte pueda ver desde fuera las estanterías llenas de libros.
 El concepto hipster nace en los cuarenta describiendo a aquellos blancos de clase media que gustaban de escuchar jazz y seguir el estilo de vida de los músicos negros que lo practicaban. El escritor Jack Kerouac conocido por libros como “On the Road” (“En la carretera”) es uno de los precursores del movimiento. Su evolución comenzó a partir de la década de los noventa en grandes ciudades y se ha extendido hasta hoy poblando numerosos espacios en grandes urbes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario