martes, 22 de enero de 2013

El hundimiento de Prisa

Es muy probable que Jesús de Polanco tenga las sábanas de su tumba totalmente revueltas, no porque haya un bicho dentro del ataúd sino porque desde el más acá Cebrián ha hecho de Prisa un muerto que aun vive pero languidece.
El último gran problema que enfrenta a Prisa con sus trabajadores es el anuncio por parte del grupo de hacer un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) a los trabajadores de la empresa corporativa. El pasado septiembre Prisa anunció que la situación era insostenible por lo que era necesario prescindir de casi la totalidad de los empleados que prestan servicio a todo el grupo, en un principio eran 26, pero al final se redujo a 23 trabajadores en total. Hasta aquí, lo normal que viene sucediendo tras la reforma laboral aprobada por el Gobierno de Rajoy.
El enésimo problema al que se enfrenta el grupo y Juan Luis Cebrián es que Prisa quería acogerse a los términos que rigen la nueva reforma laboral, es decir, despedir a sus empleados con 20 días por año y un tope de doce mensualidades, pero el Tribunal Superior de Justicia de Madrid asegura que esta forma de despido no se ajusta a derecho ya que prevalecen los acuerdos previos que la empresa tenía con los representantes sindicales. De esta manera la empresa tiene la obligación de pagar los 45 días por año con un tope de 42 mensualidades lo que supone un duro varapalo para el grupo aunque una excelente noticia para los empleados despedidos. Un fragmento de la sentencia con fecha de 8 de enero de 2013 dice así: “Los pactos suscritos por la empresa y los representantes sindicales, estipulando las líneas básicas, principios orientadores, criterios de referencia y, en su caso, mínimos con el fin de que sirvan de guía sobre los procesos que se desarrollan en las distintas unidades empresariales del grupo, estipulando como normas de carácter colectivo que han de regir las extinciones colectivas de contratos, son de aplicación”.
Al mismo tiempo que el grupo planeaba estos despidos, la edición digital de El País del 25 de octubre de 2012 publicaba esto en su portada.

Portada El País Octubre 2012

Cinco días antes, el 20 de octubre y adelantándose a las críticas que ya comenzaban a internacionalizarse, como muestra esta noticia de BBC Mundo, el periódico hacía un balance de las medidas adoptadas por otras cabeceras de referencia mundiales para suplir con despidos la falta de ingresos. En dicha noticia, el mismo periódico ponía como ejemplo las acciones de The Guardian, mencionando el número de despidos pero también esto: “El consejero delegado del grupo (Guardian Media Group, que perdió 75,6 millones de libras en 2011), Andrew Miller, se ha impuesto un recorte del 10% en su salario y ha renunciado a su bonus de 174.000 libras”.
Un ejemplo de compromiso ético y solidaridad con los trabajadores despedidos, todo lo contrario a lo que ha hecho Prisa y la cúpula de dirección que lejos de reducir, o al menos mantener su salario, lo han aumentado en un 160%. La sentencia también argumenta en este sentido, “las retribuciones de los Consejeros Ejecutivos del Grupo Prisa han aumentado en más del 160% respecto a las percibidas en 2010. Algunos elementos retributivos de los Consejeros han tenido incrementos por encima del 337% (en caso del bono de referencia para Consejeros ejecutivos) en relación a 2010, habiendo pasado las retribuciones de los consejeros ejecutivos (tres) de 4.056.860 en 2010 a 10.566.920 en 2012, estas cifras no incluyen las retibuciones por pertenencia a otros Consejos o alta dirección de sociedades del grupo”. Estos tres consejeros que cita son Juan Luis Cebrián, Fernando Abril Martorell y Manuel Polanco Moreno, las tres personas que forman la cúpula del Consejo de Administración del grupo.
Desde que Cebrián asumió el mando al frente del Grupo tras la muerte de Polanco, las inversiones y movimientos realizados por Prisa han sido un fracaso tras otro lo que ha llevado al grupo a ir traspasando su capital a inversores extranjeros reduciendo a un porcentaje minoritario la participación de los inversores iniciales. Además ha tenido que ir vendiendo plataformas clave como la absorción de Cuatro por el grupo Mediaset de Berlusconi (CNN+ dejó de emitirse para ocupar su ancho de banda en la TDT, Gran Hermano 24 horas).
Esta situación ha hecho que medios como el buque insignia de Prisa, el periódico El País, vayan cambiando progresivamente su ideología pasando de ser un periódico defensor de políticas de centro-izquierda a la vez que europeísta a convertirse en un arma más del neoliberalismo que impera en la actualidad.
La famosa guerra del fútbol dejó noqueado al grupo, primero por los enfrentamientos con el Gobierno de José María Aznar (antes contaba con el beneplácito y el trato de favor de Felipe González) y después con la OPA, Oferta Pública de Adquisición de Acciones, por el 100% de Sogecable, plataforma desde donde opera Digital+. Más tarde, y aunque los tribunales le dieron finalmente la razón, las disputas por los derechos del fútbol con Mediapro también mermó mucho las cuentas, (año en el que La Sexta, que forma parte de Mediapro, emitía gratis gran cantidad de partidos de la Liga Española).
Este fue el principio del progresivo hundimiento del que se hace llamar grupo líder de información, educación y entretenimiento del mundo hispanoparlante.
En 2007 y tras la muerte de Polanco Prisa empieza a desprenderse de algunos periódicos regionales como El Correo de Andalucía. A finales de 2008 cierra Localia, una extensa red de televisiones locales y así, poco a poco, hasta llegar a marzo de 2010 cuando Liberty Acquisition Holding se hace con la mayoría de acciones de Prisa, desbancando a los Polanco e inversores iniciales. Liberty es una sociedad calificada como SPAC, Special Purpose Adquisition Company, propiedad de Nicolas Berggruen y Martin E. Franklin que ahora también forman parte del Consejo de Administración. Esta sociedad, que ahora controla Prisa, tiene una función principal que es la de captar fondos para invertir en el grupo. De esta forma Liberty ha llegado a acuerdos con el banco británico HSBC, el Santander y los fondos Centaurus, Tyrus y Pentwater Growth para inyectar en el grupo 500 millones de dólares, a esto hay que unirle los acuerdos alcanzados por el grupo con sus bancos acreedores.


De esta forma tenemos a un grupo que se dedica a la comunicación, información y entretenimiento controlado en su mayoría por bancos y fondos de inversión. Todo lo contrario que cuando presidía Polanco, que aunque el salto cualitativo de Santillana (matriz de Prisa) al final de la etapa franquista sea sospechoso (léase capítulo dedicado a Polanco en Lobbies. Cómo funcionan los grupos de poder españoles de Ramón Tijeras) no deja de ser una persona comprometida editorialmente y con clara vocación de servicio público, algo que un banco o un fondo de inversión no tiene como principal característica.

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