jueves, 10 de enero de 2013

Amor a la mexicana


A mediados de noviembre del año pasado, el Real Oviedo, equipo de fútbol antaño glorioso y con una gran afición pero venido a menos, comunicaba que Carlos Slim, el hombre más rico de la Tierra según Forbes, adquiría dos millones de euros en acciones del club convirtiéndose de esta manera en el principal accionista.
Este es un muy buen ejemplo de la diversificación de negocios que se produce en la actualidad y de cómo los medios de comunicación tienen dueños que no solo se dedican a la información.
 ¿Por qué es un problema que no se dediquen solo a la información?
La principal razón es que prima el resultado económico desdeñando en multitud de ocasiones la finalidad de servicio público que desde siempre ha tenido el periodismo.
Otra de las razones es que esta diversificación de capitales hace que haya muchos temas de los que no se pueda hablar en estos medios, o si se hace, se haga de forma vaga. Un ejemplo, si la misma persona que controla un medio de comunicación es también la principal accionista de una empresa armamentística, es fácil inferir que en su medio de comunicación no van a haber portadas que indiquen que el uso de las armas es negativo.
Volviendo a Carlos Slim, al Real Oviedo y a la diversificación de capitales se puede comprobar como el equipo asturiano y The New York Times albergan lazos de unión, así como con el Grupo Prisa, Promotora de Informaciones S.A, que controla el diario español El País y Telmex, principal empresa de telecomunicaciones de México que ofrece servicios de telefonía, internet y televisión en el país centroamericano, América Latina en general, e incluso Estados Unidos. Hay más empresas que se podrían seguir vinculando y de muchos más sectores pero es necesario limitar para no aburrir.
¿Cómo vincular al Oviedo con The New York Times?
En noviembre pasado el equipo del Carlos Tartiere afrontaba el ultimátum de obtener un capital mínimo en un periodo determinado de tiempo para no desaparecer. Se hizo un llamamiento al mundo y de todos lados acudieron con pequeñas aportaciones, aunque la que más asombró, fue la adquisición de dos millones de euros en acciones del club por parte de Inmobiliaria Carso, propiedad del señor Slim. El multimillonario mexicano de origen libanés se convertía de esta manera en el principal accionista del club. Cuatro años antes, en 2008, Slim, también a través de Grupo Carso, (todo lo que adquiere lo hace a través de este conglomerado), se hacía con el 6,4% de The New York Times Company editora del prestigioso diario The New York Times y del Boston Globe entre otros. Esta participación la aumentaba en 2009 al 6,9% y en 2011 llegó al 7,5 por ciento de la compañía. De esta manera no sería descabellado encontrar en los próximos meses algún reportaje sobre el equipo asturiano en la cabecera de referencia del mundo occidental.
Este ejemplo, aunque no dañino, se puede extrapolar a multitud de negocios y a la vinculación que existe entre empresas que nada tienen que ver unas con otras en su finalidad.
Carlos Slim, a través de Grupo Carso controla también, de momento, un pequeño porcentaje del Grupo Prisa, grupo de comunicación español al que pertenecen medios como el ya citado diario El País, la Cadena Ser, la editorial Alfaguara, Canal + y un largo etcétera entre España, Portugal y América Latina. Además Telmex, Teléfonos de México, es propiedad del Grupo Carso en su totalidad.
De esta forma Slim va generando hermanos, de múltiples razas y colores, fruto de este continuo flujo de capitales donde el Real Oviedo y The New York Times comparten padre, quién sabe por cuanto tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario