viernes, 2 de marzo de 2012

Intermediarios y sinvergüenzas

Ayer aparecía en la edición digital de El País una noticia con el siguiente titular "La banca ofrece créditos al 5% a cinco años para pagar a los proveedores". Estos créditos se los ofrece la banca privada a los ayuntamientos para que puedan así pagar las multimillonarias deudas que tienen con todos aquellos que han prestado algún servicio a las corporaciones municipales. Hasta aquí todo bien, salvo que ese interés parece, a simple vista, elevado, si tenemos en cuenta que lo que deben los ayuntamientos no es precisamente una cantidad pequeña. Lo de porqué se endeudaron tanto habría que preguntárselo a cada alcalde de cada localidad que hizo que las arcas municipales se quedaran como la chistera de un mago malo.
El porqué de que de repente los bancos se ofrecieran a dar créditos a semejante cliente se debe a que el día anterior, el Banco Central Europeo (BCE) inyectó en el mercado medio billón de euros, concretamente 529.531 millones. Este dinero, tan incontable como inimaginable, lo ofrece el BCE a las entidades privadas de toda Europa con un interés del 1% a tres años.
De todo esto se infiere que si el BCE da un dinero al 1% a los bancos privados y ellos después lo ofrecen al 5%, hay, por así decirlo, un porcentaje de interés demasiado elevado de una mano a otra. Es como lo que normalmente ocurre con el agricultor, su producto y el precio que este tiene al final. Aclarar aquí que el BCE no es un agricultor, ni mucho menos, ya quisiera el agricultor. Pero este ejemplo puede servir para lo que aquí nos ocupa, los intermediarios.
Los agricultores siempre se quejan de que el único que encarece su producto es el intermediario, que lo único que hace es vender por un precio mucho mayor algo que ha comprado por una cantidad irrisoria. Los bancos privados hacen lo mismo, solo que con mucha más desfachatez, los intermediarios en la agricultura, por lo menos, trasladan los productos de un lugar a otro.
Es de suponer que no estaría mal cuestionarse para qué sirven los bancos privados ya que para qué prestarles el dinero a ellos primero, para que después ellos lo presten después, si se le puede prestar a quien de verdad lo necesita directamente. O mejor aún, ¿porqué existe la obligación de que el dinero se tenga que comprar con un interés si se puede obtener la misma riqueza sin los intereses de los bancos?
Todo esto parece ilógico y este razonamiento se puede tachar de locura debido en gran parte a que nuestro sistema está tan arraigado en nosotros que no nos permite pensar que hay otras maneras en las que se beneficie a la gran mayoría y no a una minoría como sucede hasta ahora. Nos cocen tan a fuego lento que no nos percatamos de que cada vez hace más calor y vemos como normal algo que es totalmente injusto, y no solo es injusto y abusivo, sino que lo hacen en nuestras narices, debido en gran parte, a que han agotado nuestra capacidad crítica manteniéndonos entretenidos y trabajando libres, pero como esclavos de un sistema que no permite salir de él.

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