lunes, 18 de agosto de 2014

Historias de Londres. Mateusz Mirek: “Desafortunadamente para mi vida de actor tuve una infancia feliz”



Mateusz Mirek junto a la Catedral de Saint Paul. Si visitas Londres y quieres entrar dentro de la Catedral puedes hacerlo gratis en las horas de misa.

Son las cinco de la tarde en Londres y aunque es agosto el aire sopla fresco, advirtiendo que en el norte de Europa el verano dura menos. Escogemos una cafetería cualquiera de los alrededores de Saint Paul Cathedral y aunque hay algunas costumbres británicas que nos gustan optamos por café en lugar de té. Mateusz es un joven despierto, con demasiadas inquietudes como para desarrollar su vida en un solo país. Apasionado del teatro, estudió arte dramático en su Polonia natal, la razón de trasladarse a Londres a vivir es, más o menos, la misma que ha llevado a muchísimos jóvenes europeos a mudarse a aquellos países que ofrecen mejores expectativas de vida.
“Actuar en Polonia es increíble, la gente es una apasionada del teatro”, esa es una de las principales razones por las que le gustaría volver aunque de momento encuentra Londres como un lugar dónde seguir aprendiendo “hay una inmensa cantidad de eventos culturales, teatro, musicales, y eso es algo de lo que puedo sacar mucho partido”.
Polonia es un país con una ferviente tradición católica y Mateusz es de los que acude todos los domingos a misa. Su grado de religiosidad, para aquellos que no somos creyentes, sería de muy elevado, aunque cuando explica su manera de creer muchas personas pueden encontrarlo chocante. Entraría a rezar en una mezquita sin ningún problema porque entiende que hay un solo dios, da igual cómo se llame. Cada domingo acude a Saint Paul, la Catedral de Londres, aunque ha estado en otras iglesias como la etíope de su barrio “me encantó la energía, todo el mundo cantando, la gente fue muy amable conmigo, pero no me podía concentrar, los polacos somos un poco cerrados y aquello era algo que no conocía. Me gusta venir a Saint Paul porque puedo disfrutar de la belleza arquitectónica de la Catedral”.
Decía Vila-Matas,  en esta entrevista de 2010 que “Por suerte no fui feliz del todo” (durante su infancia se refería), algo en lo que Mateusz coincide. “Para un actor es malo tener una infancia feliz, desafortunadamente yo tuve una, porque mira Marlon Brando, Marilyn Monroe, la mayoría de estrellas del cine han tenido una infancia con problemas, además en la escuela nos enseñan a que traslademos los sentimientos que hemos experimentado con anterioridad para ser más creíbles en nuestras actuaciones”.